Zacatena



En España se llaman dehesas a superficies amplias de pastizales seminaturales normalmente controladas por un único propietario. Creadas por el hombre al arrebatar tierras al bosque primitivo y destinarlas como pastizal, las dehesas son un ejemplo de equilibrio entre explotación económica ganadera y conservación de los recursos naturales. El paisaje consta, fundamentalmente, de un arbolado de encina y de una superficie de pastizal. También, hay cultivos cerealísticos, normalmente de secano, y extensiones de matorral en zonas que no han sido roturadas.

Las Tablas de Daimiel siempre han estado rodeadas de zonas adehesadas. Su historia ha estado unida a la Dehesa de Zacatena que ocupaba una superficie mayor que la Zona de Protección del Parque Nacional actual. Estaba dividida en tres por los ríos Guadiana y Gigüela y se componía de 25 quintos o unidades de superficie.

El mayor beneficio que daban estos quintos era su arrendamiento para pastos. Miles de ovejas trashumantes llegaban a Zacatena todos los años gracias a la fertilidad de la Dehesa. Además, el propietario se beneficiaba de otros aprovechamientos: caza, pesca, bellota, leña y molinos harineros, entre otros.

La conquista y repoblación cristiana del valle del Guadiana por parte de la Orden de Calatrava, proceso iniciado en el S.XIII, da gran valor a las superficies adehesadas por su riqueza. Así, la Dehesa de Zacatena se convertirá en un coto cerrado propiedad del Maestre de la Orden. Las Tablas de Daimiel y su entorno se convierten en una auténtica reserva señorial calatrava.

La llegada de los poderosos Reyes Católicos trae cambios. A partir de ahora, de los reyes sucesivos de España dependerá el futuro de los bienes de las órdenes militares. Ellos pasan a ser lo administradores perpetuos de Zacatena, aunque sigue estando en propiedad de la Orden de Calatrava.

En 1763, el rey Carlos III de España, previa bula papal, venderá la Dehesa al Caballero de Santiago D. Pedro Sáenz de Santa María. Con él se inicia el proceso de desmantelación del viejo coto.

Hoy, aún podemos observar las viejas encinas de Zacatena como telón de fondo de Las Tablas de Daimiel. Son el testimonio de la antigua Dehesa y de su dedicación ganadera que durante siglos contribuyó a la conservación de Las Tablas y su entorno.