domingo, 24 de febrero de 2013

La primera...



En una entrada anterior, Los desaguados de Zacatena, me dejé llevar por un error existente en la bibliografía sobre Las Tablas de Daimiel. Se atribuye las obras de canalización de mediados del S.XVIII a un proyecto que evitara las inundaciones producidas en aquellos años como si tales fueran un episodio metereológico de fuertes lluvias.
Nada más lejos de la realidad. En un ejemplo claro del cambio de mentalidad que se produce en los albores de la modernidad, los hombres de la época llamaron inundaciones a las tablas fluviales y buscaron primero las razones, erróneas por otra parte, que las provocaban para, en segundo lugar, justificar las obras que harían "fructificar la rivera"[1].
Corregido el error en el que yo también caí. Lo próximo sería informar a Protección Civil que en su informe "Las Inundaciones en la España Peninsular" realizado por la Comisión Técnica por Inundaciones, sitúa unas inundaciones históricas en la zona en aquella época[2].


[1] AHN. OO.MM. Legajo 6.433, fols. s/n.
[2] http://www.proteccioncivil.org/inundaciones-ctei

Ya iba siendo hora.

En este último año he dado pasos interesantes encaminados a esclarecer las preguntas que me hago en ¿Porqué este blog?. Algunas de las conclusiones se podrán leer en el próximo libro "II Jornadas de Historia de Daimiel" que refleja el resultado de las jornadas celebradas en el Museo Comarcal de Daimiel donde expuse el trabajo "Las Tablas de Daimiel entre 1751 y 1887: Las raíces históricas de su desecación" al que he estado dedicado durante estos meses. El trabajo debía ser inédito lo que supuso que paralizara éste blog, pero, a partir de su publicación, poco a poco iré reflejando algunas conclusiones que he sacado aquí, en este blog.